Nada cobarde
Segunda sesión de la retrospectiva de David Lean. Su primera película, codirigida con Noel Coward («coward» significa en nuestro idioma «cobarde»). «In which we serve» se tituló aquí «Sangre, sudor y lágrimas», palabras extraídas del discurso de Churchill a la Cámara de los Comunes en mayo de 1940. De nuevo, enhorabuena; una película restaurada, copia impecable del BFI, blanco y negro que no hace sino acentuar lo gris de una etapa que tanto ha dado de sí en el mundo del cine: la II Guerra Mundial.
«Ésta es la historia de un barco…», comienza la película con la narración del mismísimo Leslie Howard. Y tras resumirnos que la compleja construcción de un barco es labor larga en la que colaboran muchas personas, se nos cuenta el final del mismo barco, siendo el resto de la narración una sucesión de flashbacks que muestran que la historia de esa mole de hierro flotante es la suma de pequeñas historias (la unamuniana intrahistoria, quizá), que el gran drama de la guerra es la suma de millones de pequeñas tragedias. La misma persona que lanza un proyectil para derribar al enemigo lucha por sobrevivir, por volver con la mujer a la que conoció en un tren (elemento imprescindible del cine de Lean). Un grupo de marineros que se agarran a un bote salvavidas como se aferran a la vida a través del recuerdo, una forma de sostenerse y sobrevivir esperando al rescate bajo la permanente amenaza del enemigo, del hambre, del frío, de la sed; elementos por los que se pasa de soslayo, como queriendo mostrar que la forma de combatirlos es concentrarse en los recuerdos o en aquello que les espera en casa.
La historia se aborda con una grata ausencia de patriotismo al que nos tiene acostumbrado el cine bélico del otro lado del charco. Los británicos son más flemáticos, de ahí que el personaje encarnado por Noel Coward (que además firma el guión y la música) resulte de una bondad en cierto modo poco verosímil; se le hace inevitable traslucir cierto amaneramiento, a pesar de mostrarse duro, impasible casi siempre. Los nombres se agolpan en el reparto: John Mills (en la foto, con su Oscar por Ryan’s Daugther), Celia Johnson, Michael Wilding (casi más recordado por ser uno de los maridos de Elizabeth Taylor) y Richard Attenborough. Para cuando David Lean accedió a la labor de dirección, estaba ya muy curtido como montador o director de segundas unidades, lo que resulta visible en una película que no parece tanto una ópera prima.