Ultimátum a la tierra

Me he negado a ver el reciente remake de esta apreciadísima obra de Robert Wise que pudimos contemplar en pantalla grande en el Zinemaldia de 2005. A quienes nunca hayan visto el original, sus efectos especiales, maquetas, personajes y planos les pueden parecer anticuados, casi de serie «B». Pero quedarse en esa capa de la película es no entrar en ella. Una película de 1951 que habla sobre una advertencia a la humanidad es un reflejo de lo que se estaba viviendo en el mundo después de la II Guerra Mundial.

Así que recomiendo revisar esta obra quitándonos de encima esa capacidad del público de hoy para dejarse deslumbrar por los efectos especiales y en cambio quedarnos con el mensaje, con la metáfora, y reflexionar sobre el hecho de que todo, absolutamente todo lo que cuenta esta historia, es moderno y vigente.

Sí, cada día reniego más de las películas que basan su capacidad de atraer al público única y exclusivamente en la carísima producción y posproducción digital. Que viva el cine de buen guión y personajes consistentes.