Sooner or Later (Dick Tracy)
Madonna siempre ha querido ser actriz y casi siempre ha fracasado en el intento. Digo casi siempre, porque donde ha fracasado es en el cine, pero como cantante es más actriz que otra cosa. Para mí siempre ha sido (y que nadie se ofenda) una voz mediocre en el cuerpo y la mente de una artista como la copa de un pino.
Y eso que su estilo nunca ha estado entre mis favoritos, ni sus canciones, ni sus discos. En cualquier caso, no le resto méritos. Puedo, eso sí, hacer con ella una excepción: una buena canción, una buena interpretación. Viniendo de la mano de Stephen Sondheim, amigo íntimo de su reciente pareja, Warren Beatty (poco antes de encontrarse con Annette Benning), qué otra cosa se puede esperar.
Madonna es una trabajadora nata. No hay más que ver su musculoso y trabajado cuerpo pasada ya la cincuentena, o el resultado vocal (más que artístico) de su papel en Evita. O, por supuesto, su histórica intervención en la ceremonia de los Oscars de 1991, interpretando el tema de Sondheim del que estamos hablando.
«Sooner or later» es una canción maravillosa y Madonna la canta con sensualidad, garra y una performance estudiadísima. No puede ocultar su nerviosismo pero aguanta, claro que sí, porque sabe que al final hay premio. Pierde un pendiente por el camino, pero da igual. Cómo se puede, moviéndose en cuatro metros cuadrados, llenar tan contundemente el escenario del Shrine Auditorium.