I’m still here
Este artículo se lo dedico a mi amigo Eneko, fan sin fin de este blog, que me pregunta cada día que me ve a qué espero para seguir escribiendo. Yo también me lo pregunto.
Me falta el tiempo, la tranquilidad, las ideas, la imaginación. La verdad es que llevaba un buen ritmo de camino a Dublín, pero quienes me conocen saben que un sustillo familiar durante el inolvidable fin de semana Streisand hizo que me centrara en otras cosas y que perdiera en cierto modo mis ganas de comunicarme.
Pero estoy aquí, todavía estoy aquí, como dice la canción de Stephen Sondheim (¡de rodillas!).
Así pues, pasaré volando sobre la parte positiva del concierto; Barbra es de carne y hueso, diva inalcanzable pero humana como todos. Estuve a tres metros de ella, a veinticinco años de fidelidad, a siete minutos de entrevista, a una cena de hacer amigos, a dos horas de éxtasis musical, a un arcoiris de milagro meteorológico.
Han pasado más de tres meses después del concierto; lo recuerdo todo, pero a veces dudo si fue un sueño del que me desperté nada más aterrizar en Donostia.
Os voy a pegar aquí una divertida parodia de Barbra que hace Joaquín Reyes en La Hora Chanante. Es genial… Monty ha hecho que me aficione a youtubear en busca de los «Testimonios» de Chanante y «Celebrities» de Muchachada Nuí.
El verano seguía sin dejarse ver por las calles de Donostia; sabíamos que era julio porque sonaba jazz en la Trini. El festival se cerraba con Elvis Costello. Una señora decía «no me extraña que la rubia [Diana Krall] no lo suelte, está en plena forma el tío».

Vuelta a la mina. Oficina, trabajo acumulado, lecturas atrasadas, más cine. Salí satisfecha después de ver «Un funeral de muerte«. Necesitaba una película así con la que llorar de risa. O en casa, revisando la obra de Harold Lloyd. Vamos, que sigo aquí y sin tiempo para el aburrimiento.
