Entrevista a Noa

Hace unos días el diario italiano La Repubblica publicó una entrevista a Noa. En realidad, lo que se publicó no es el contenido íntegro, sino que ha sido convenientemente recortado. Achinoam quiere que dicha entrevista se publique en su integridad y nos ha remitido la traducción a español, que reproducimos a continuación.

Entrevista con Noa tras los trágicos sucesos de la Flotilla de Paz

1) Tras este suceso trágico y violento ¿qué ambiente hay y cuáles son los sentimientos de tus amigos y la gente que encuentras a diario?

La sensación es terrible, un montón de ira y frustración, un montón de remordimientos por la pérdida de vidas humanas. Nadie en Israel cree que el gobierno israelí tenía intención de matar a alguien en ese bote. Mucha gente en Israel cree que las decisiones del gobierno israelí respecto a cómo manejar la situación no sólo resultaron en una pérdida innecesaria de vidas humanas y en la lesión de pasajeros del bote y de nuestros soldados, sino que también atrajeron duras críticas y la demonización del Estado de Israel y del pueblo judío, mientras que absolvieron a todos los otros participantes en el incidente de cualquier responsabilidad por el suceso lamentable y completamente trágico.

De ser yo el Primer Ministro o el Ministro de Defensa de Israel, hubiera renunciado inmediatamente, asumiendo responsabilidad por las consecuencias de mis decisiones, las cuales condujeron a la pérdida de vidas humanas, pusieron en peligro la seguridad de mi país, y dañaron su imagen.

Personalmente, mi crítica de mi propio gobierno es mayormente que continúa viendo la ocupación como un factor favorable en vez de una carga. Esta posición ha hecho que durante demasiado tiempo las repercusiones morales y humanas de la ocupación hayan sido “tolerables”, y en mi opinión, son intolerables. En verdad, la alternativa de perder una profundidad estratégica (un temor común prevaleciente en la época post-1967, por razones que podrían decirse buenas), podría compensarse únicamente apoyándose en países amigos para la defensa. Sin embargo, la incapacidad de los aliados de parar el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial ha marcado con fuego en el corazón de judíos e israelíes el concepto de “¡nunca más… nunca más confiaremos en la ayuda de cualquiera fuera de nuestra propia fuerza para sobrevivir!” ¿Puede alguien refutar este argumento? Creo que no.

En conclusión, cuando digo que yo, Noa, deseo poner término a la ocupación y que estoy dispuesta a apoyarme en países amigos para la seguridad de mis hijos y la mía propia, es porque la ocupación de Cisjordania es inmoral e inhumana. Sé que puedo estar tomando un riesgo enorme, pero mi fibra moral se rehúsa a sucumbir ante cualquier miedo, por más fundamentado que sea. Estoy lejos de ser ingenua y sólo la historia dirá, pero estoy dispuesta a tomar el riesgo, de la misma manera que espero que gente como yo, en el otro lado, esté dispuesta a tomar el mismo riesgo, sin importar cuán profundamente tenga arraigado el miedo y el prejuicio en su corazón. El sentimiento anti-israelí que siento hoy en día en todos los medios de comunicación mundiales no convierte a ello en algo fácil para mí y para otros israelíes, y por lo tanto, solicitamos enfáticamente a la comunidad internacional y a sus medios de comunicación que se pongan firmemente del lado de aquellos que rehúsan ceder al miedo y el odio, y que eviten los enjuiciamientos y acusaciones que no hacen más que empeorar las cosas.

2) ¿Por qué, durante todos estos años, ningún pacto condujo a una solución real de la crisis?

Hay una cantidad suficiente de israelíes judíos que están convencidos que los árabes en general desean matarlos, destruir a Israel e imponer una hegemonía musulmana fanática en todo el mundo. Al mismo tiempo, existe una cantidad suficiente de musulmanes que están convencidos que los israelíes judíos desean colonizarlos, expulsarlos, matarlos y esclavizarlos para siempre. ¡Lamentablemente, existe evidencia suficiente para corroborar ambos argumentos! y la evidencia sigue recopilándose a diario. Obviamente, cada parte está convencida que la evidencia comprueba su propia rectitud, mientras que la evidencia de lo contrario juega un papel muy pequeño en la mente de la mayoría de la gente. Esto sucede por una razón simple. He aquí una metáfora que explica el por qué: por ejemplo, si al ingresar a un auditorio de 1,000 asientos me dicen que hay un pistolero loco con una bala en su arma y que con toda probabilidad le disparará a alguien, ¿me quedaría allí? ¿Diría que es sólo uno entre mil? ¡Por supuesto que no! ¡Saldría de allí inmediatamente! El asunto es que uno no necesita demasiadas amenazas para sentirse amenazado y ponerse a la defensiva. Desde ese punto, el camino a la violencia es desafortunadamente muy corto. El Convenio de Hamas, por una parte, y la ideología de los colonos judíos ultra-nacionalistas, por la otra, combinados con las acciones de ambas partes para implementar sus ideologías a través de la construcción de asentamientos o de terrorismo, proveen toda la evidencia necesaria para cualquiera que tiene dificultad en creer en la paz. Por ejemplo, estoy segura que los asesinatos del presidente egipcio Anwar El Sadat a manos de un musulmán fundamentalista y del primer ministro israelí Itzhak Rabin por un judío fundamentalista sellaron la suerte de las esperanzas de mucha gente en nuestra triste región golpeada por la guerra.

3) ¿Qué pueden hacer los artistas, y especialmente los artistas israelíes, para testimoniar la necesidad de una solución democrática de la crisis israelí-palestina?

En general, yo quisiera que los israelíes hicieran campaña y también que usaran su voto democrático para elegir un gobierno que ponga fin completo a la ocupación de 1967 y que firme un tratado de paz con el gobierno electo del pueblo palestino. Idealmente, ambos gobiernos representarían los deseos de los dos pueblos de vivir juntos en paz y cooperación en un estado independiente, soberano y reconocido internacionalmente. Siempre alzaré mi voz en dichas campañas y urgiré a todos los artistas, israelíes y palestinos, a hacer lo mismo.

Reiteraré también mi plan de paz de tres etapas: Reconocer, Pedir Disculpas, Compartir:

RECONOCER

Cada parte debe reconocer los derechos de la otra a la vida, libertad, independencia, identidad, el derecho a prosperar, el derecho a una existencia pacífica. Esta es la primera etapa del plan y es vital. Sin un reconocimiento formal, por escrito, firmado por los líderes aceptados de cada nación, no se puede lograr progreso alguno.

PEDIR DISCULPAS

Ambas partes han hecho cosas terribles una a la otra en nombre de tal o cual ideal. Dado que la muerte de una vida es paralela a la muerte de toda la humanidad, debe existir un remordimiento verdadero y profundo por estos actos, una disculpa sincera de ambas partes por el dolor y la angustia que han causado.

COMPARTIR

Cada parte debe renunciar a sus sueños de cualquier ‘algo’ completo. La paz es asequible solo a través del compromiso. Así, en una misma parcela pequeña de tierra, podemos crear dos países, Israel y Palestina, que existan juntos pacífica y respetuosamente.

(Aquí está el acceso a la entrevista íntegra en inglés publicada en el blog de Noa).