Concierto íntimo

Lo mejor de Noa tiene que ver con la intimidad. Es capaz de conquistar al público con su banda, la formación más comercial y más cargada de vatios y decibelios. Pero en las distancias cortas, todo se ve y escucha más claro; presenciar el espectáculo del trío es un lujo. Después de verla presentando sus múltiples discos y en diferentes montajes, lo que más me gusta de Noa es lo que la devuelve a sus raíces musicales y étnicas, y la cercanía artística de una voz, una guitarra y la imprescindible percusión.


Noa ayer nos presentó a un colaborador que, aunque nos pareciera mentira, no hizo que echáramos de menos al increíble Zohar Fresco. Gadi Seri es un músico impresionante que extrae ritmos extraordinarios del cajón, de los bongos, de la pandereta, de la cortina, de los platos… y de una lata de aceite vacía. Quizá fue el momento más auténtico de la velada: Gadi y Noa con sendas latas de aceite; de su razón de ser y de las raíces yemeníes habló Noa, antes de hacer entre los dos música con la caja metálica.


Y el Maestro Gil Dor, combinando la guitarra acústica y la eléctrica, completó el trío musical; Gil es parte de Noa, compositor, productor, arreglista, guitarrista. Están en forma, sin duda, y son capaces de dar otras lecturas a su música, que fluye sin la parafernalia de la banda, transmitiendo otros matices y propiciando que la labor de cada uno de los tres músicos sea mucho más nítida.

Supongo que vuelvo a quedarme con «Es caprichoso el azar» de entre todo lo que ayer sonó, es la canción más redonda que he escuchado en los últimos diez años. Eso sin olvidar que el último disco aporta grandes dosis de calidad. Y la relectura de «Yuma» o de «Dala-Dala» (me impresionó la fuerza que adquieren estas canciones en la cercanía). Y la alegría (muy apropiado para cerrar el concierto y despedirse en el último bis) de «Child of man».


Habló Achinoam de puertas abiertas, de pánico al fanatismo, de comunicación. Un mensaje que quienes la seguimos desde su inicio, conocemos de sobra. Pero algunos que protestaban ahí fuera parecían ignorarlo. Éramos más los que atiborrábamos la sala Club. Esta noche todavía seremos muchos más; y disfrutaremos con el otro formato del concierto, la banda al completo, en el teatro Victoria Eugenia.

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